Yhadira Paredes, Xalapa, Ver., 05 de enero de 2025.– Aunque es necesario el bienestar material, también es imprescindible desarrollar la vocación y misión en cada ciudadano mexicano, aseveró el vocero de la Arquidiócesis de Xalapa, Juan Beristaín de los Santos, quien dijo que hay una llamada de esperanza para todos.

En el comunicado de este domingo, dejó de manifiesto que al inicio de este año 2025 se observan todavía los problemas de la inseguridad, la violencia, la elevada inflación y descomposición del tejido social que requiere la toma de conciencia y participación responsable para buscar soluciones reales.

“La solución la debemos buscar todos y con acciones que estén al alcance de todo el colectivo social. Es tiempo de la participación informada y responsable de la ciudadanía”.

Y es que, agregó, permanecer inmóvil y cerrado en uno mismo genera un enfermizo sentimiento de poseerlo todo y de tener el monopolio de la verdad, que convierte inevitablemente a la persona en individuo indiferente y pasivo ante los problemas que son de todos.

En ese sentido, Beristaín de los Santos sostuvo que en este año es tiempo de involucrarse en la búsqueda de una mejor vida social y personal por la paz y la justicia.

Advirtió que cualquiera que esté instalado cómodamente en su casa y su comunidad no podrá ir a Belén a contemplar la revelación de Dios en el recién nacido, cuya luz permite ver las necesidades de los más indefensos.

“Con la experiencia del encuentro con Cristo de los llamados Reyes Magos, se abre hoy un camino estrecho de empatía para recordar que México es de y para todos. No todo está perdido. La salvación que Dios ofrece es la experiencia de cambiar el corazón indiferente para vernos como ciudadanos con un destino común”.

En la vida cristiana, explicó, el viaje de los Reyes Magos es el símbolo de la vida cristiana entendida como una permanente búsqueda de Dios, para recibir la ayuda divina ante el manto de fragilidad y desequilibrio interno que envuelve a la persona y a las estructuras públicas en las que se vive cada día.

“La ayuda de lo alto le sirve al ser humano para descubrir en su interior unas leyes comunes que favorecen la vida en sociedad y la altísima vocación de caminar juntos hacia el bien común y la paz social. Es necesario el bienestar material, pero también es imprescindible desarrollar la vocación y misión de cada ciudadano mexicana”, finalizó.