CIUDAD DE MEXICO.– Son tantos los componentes de nuestra salud, que solemos considerarlos de manera individual.

No solo se trata de mantenernos al día con la dieta, un régimen de ejercicios, sino también con nuestra salud mental. También será importante atender esas articulaciones adoloridas, y sin duda: necesitamos crear tiempo para las pruebas de detección, como la colonoscopia o mamografía anual. Y no deja de ser importante controlar el peso, la presión arterial y niveles de colesterol.

“A veces pensamos en las enfermedades como factores independientes unos de otros, pero, en realidad, todo en el cuerpo está muy interconectado”, explica el Dr. Sadeer Al-Kindi, cardiólogo preventivo del Hospital Houston Methodist. “Por ejemplo los sistemas biológicos del corazón, los riñones y el sistema endocrino se influyen entre sí”.
En otras palabras, cuando algo está mal en un sistema, puede provocar problemas en otro.

Los vínculos entre estos pueden ser fuertes, como es el caso de las enfermedades cardíacas, las enfermedades renales y los problemas metabólicos. Tanto es así que la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) ha definido una condición completamente nueva para representar la superposición entre ellas, llamada síndrome cardiovascular-renal-metabólico (CRM).

La conexión entre la enfermedad cardíaca, la enfermedad renal y las afecciones metabólicas

Seguramente has oído hablar de las enfermedades cardíacas y renales; aunque es posible que no sepas cómo se relacionan. Puede ser que el término “condición metabólica” no te suene familiar de inmediato, pero ciertamente conoces sus dos ejemplos más destacados: la diabetes tipo 2 y la obesidad. Estos problemas de salud están relacionados.

El corazón suministra sangre a todos los órganos del cuerpo. Los riñones filtran cada onza de sangre que bombea el corazón. El daño en cualquiera de estos órganos conduce a una tensión en el otro. También lo hacen los cambios en la presión y la señalización hormonal, ya sea por presión arterial alta, azúcar alta en la sangre o deposición de grasa dentro o alrededor de estos órganos.

“La enfermedad cardíaca puede generar problemas renales; y a su vez, el daño en riñones puede alterar el corazón”, explica el Dr. Al-Kindi. “Generalmente, los problemas comienzan con el descontrol del peso, aunque puede haber una enfermedad renal o una enfermedad cardíaca sin tener un sobrepeso significativo”.

Es complejo el tema de los efectos bidireccionales que existen entre todas estas condiciones comunes de salud.

“Por ello, tiene sentido agruparlas todas, en lugar de considerar cada enfermedad por separado”, agrega el Dr. Al-Kindi. “Tenemos que pensar en cada una de ellas como una vía dentro del mismo panorama de enfermedades”.

La AHA señaló el CRM como síndrome cardiovascular-renal-metabólico.

¿Qué es el síndrome CRM?

El síndrome de CRM se define como la superposición que existe entre la obesidad, la diabetes tipo 2, la enfermedad renal crónica y la enfermedad cardíaca. Esto aumenta el riesgo en una persona de desarrollar una enfermedad cardiovascular, una de las principales causas de muerte en los Estados Unidos.

Pero esa no es toda la historia. Cada componente del síndrome de CRM puede influir en el riesgo de una persona en desarrollar otro. Este síndrome también puede afectar a otros órganos del cuerpo, como el cerebro y el hígado.

“El síndrome de CRM no es algo nuevo en sí, es solo una formalización de lo que se ha aprendido a lo largo de los años”, aclara el especialista del Hospital Houston Methodist. “El beneficio de formalizar estos términos es que nos permiten una forma estructurada y holística de pensar sobre estas condiciones entrelazadas. Nos ayuda en determinar el riesgo de una persona, pero también en cómo guiamos su tratamiento”.

¿Cuáles son las etapas del síndrome de CRM?
La AHA definió cinco etapas, numeradas del 0 al 4:

  • Etapa 0: No hay factores de riesgo de CRM presentes
  • Etapa 1: Obesidad abdominal y/o prediabetes
  • Etapa 2: Condiciones metabólicas (diabetes tipo 2, presión arterial alta y triglicéridos altos) o enfermedad renal
  • Etapa 3: Enfermedad cardíaca temprana en personas con obesidad u otras afecciones metabólicas (diabetes tipo 2, presión arterial alta y triglicéridos altos) o enfermedad renal
  • Etapa 4: Enfermedad cardíaca en personas con obesidad, otras afecciones metabólicas (diabetes tipo 2, presión arterial alta y triglicéridos altos) o enfermedad renal

“Las etapas nos ayudan a pensar en todo, desde la obesidad (como un factor de riesgo, pero también como algo que debemos abordar con cambios en el estilo de vida, medicamentos o incluso cirugía) hasta cómo tratamos a alguien que tiene varios de estos problemas de salud interrelacionados, enfermedad cardiaca, obesidad y enfermedad renal”.
Con los tratamientos efectivos que ahora existen para cada uno, los médicos ahora pueden pensar en el tratamiento de una manera más integrada. La estadificación también ayuda a guiar las estrategias terapéuticas y de prevención, estableciendo una estructura en torno a los pasos necesarios para evitar el avance del síndrome.
“Tenemos intervenciones (conductuales, médicas y quirúrgicas) que se pueden aplicar en todo el espectro del síndrome de CRM, desde la etapa cero hasta la cuarta”, añade el Dr. Al-Kindi. “Por lo tanto, es una forma de ayudarnos a mejorar la salud de la población en general, pero también a optimizar los resultados de salud a nivel personal”.
Agrega que las etapas tempranas a menudo pueden ser manejadas por un médico de atención primaria, pero, si se permite que progresen, las etapas posteriores del síndrome generalmente requieren uno o más especialistas.
“La esperanza es que, con la formalización del síndrome de CRM, se desarrolle un modelo de atención más interdisciplinario y ayude a reunir especialistas de estas disciplinas: endocrinología, obesidad, nefrología, cardiología”, agrega el Dr. Al-Kindi. “Pero abordar estos desafíos requerirá algo más que médicos. Se necesitan cambios en las políticas, participación de la comunidad e incluso intervenciones psicológicas para reducir la prevalencia del síndrome”.

¿Cómo prevenir el síndrome de CRM o evitar que progrese?

La conexión entre estas afecciones puede ser compleja, pero, afortunadamente su prevención es más fácil. Y es que las enfermedades cardíacas, las enfermedades renales, las afecciones metabólicas comparten factores de riesgo similares.

“Por supuesto, hay algunos factores exclusivos de la enfermedad renal, otros de la enfermedad cardíaca, y otros que son únicos en la diabetes”, explica el Dr. Al-Kindi. “Pero las conductas de estilo de vida y los fundamentos médicos que ayudan a mejorar estas afecciones son los mismos. La AHA los llama Life’s Essential 8”.

Estos 8 esenciales de vida de la AHA son:

  • Come sano
  • Haz actividad física
  • No fumes, y deja de fumar si fumas
  • Duerme bien
  • Mantén un peso saludable
  • Controla tus niveles de colesterol
  • Controla el azúcar en la sangre
  • Controla tu presión arterial

“Estos comportamientos tienen un impacto en algo más que el síndrome de CRM. Pueden ayudar a mejorar una serie de condiciones de salud”, finaliza el Dr. Al-Kindi. “Son esencialmente una receta para un envejecimiento saludable, no solo para prolongar la vida útil, sino también para mejorar la calidad de esa vida”.