Claroscuros.
Rocío Nahle y José Yunes: de la ventaja de cuatro cuerpos a la lucha cabeza con cabeza…
PARTE 1
José Luis Ortega Vidal
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El próximo sábado, el Museo de Antropología de Xalapa -el segundo espacio de su tipo, más importante en México- será sede del primer debate entre los aspirantes a la gubernatura veracruzana: Rocío Nahle García, José Yunes Zorrilla e Hipólito Deschamps Espino Barros.
Frente a la obligación de los candidatos al poder ejecutivo de la entidad, de ofertar diagnósticos y propuestas de solución a la complicada agenda política, económica, social, de infraestructura, de inseguridad, de fallas en los terrenos educativo y de salud, de escasez de inversión tanto pública, como privada que padece Veracruz, la atención principal de la campaña está enfocada en la guerra mediática.
El señor Deschamps Espino Barros desarrolla un papel patético, criticable, políticamente execrable por operar como testaferro de MORENA en la búsqueda de minar las posibilidades de lucha de la oposición.
Es Dante Delgado Rannauro quien se ubica detrás de esta circunstancia, tanto estatal -en Veracruz- como nacional con la risible candidatura de un tal Jorge Maynez en su disfrazada búsqueda de la silla presidencial.
Así las cosas, la guerra mediática real ocurre entre Rocío Nahle y José Yunes, los únicos competidores con posibilidades de acceder al palacio frente al parque Juárez de la capital xalapeña.
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Hay algunos puntos importantes a subrayar respecto de esta contienda entre la abanderada de MORENA/PT/PVEM y el candidato del PRI/PAN/PRD.
El primero y más destacado, es la construcción de una lucha electoral que en diciembre pasado no existía.
La pugna interna en MORENA por definir la candidatura entre Manuel Huerta Ladrón de Guevara, Rocío Nahle García, Sergio Gutiérrez Luna, Erick Patrocinio Cisneros Burgos y Zenyanzen García Escobar, se consideró la verdadera puerta de acceso a la sucesión del gobernador Cuitláhuac García Jiménez.
Salvado ese obstáculo, lo demás sería un juego de niños frente a una oposición dividida, dispersa, con partidos políticos debilitados y colocados en manos de dirigentes codiciosos y mediocres.
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Desde el poderoso partido guinda, a José Yunes Zorrilla se le consideró un rival de cartón y le llovieron epítetos peyorativos.
Luego, llegó enero y el tejido fino que con paciencia y discreción efectuó Yunes Zorrilla entre partidos políticos, liderazgos, grupos de poder internos, sumado a la conformación de un equipo de su confianza y el andamiaje de un discurso fuerte y apegado a la realidad; así como la instalación de una imagen disruptiva de su quietud como ejercicio de vida social, sorprendieron a propios y extraños.
Lo demás es historia conocida: entre febrero, marzo y abril, el crecimiento de la candidatura de Yunes Zorrilla logró montar una competencia real por el poder, frente al estancamiento en el equipo de enfrente.
Rocío Nahle sobreestimó la marca MORENA, así como a su creador y dueño, Andrés Manuel López Obrador, como elementos suficientes para trabajar la precampaña, la intercampaña y la actual campaña sin otra cosa que recorrer -vehículos blindados en ristre- 212 municipios de un estado que dista mucho de conocer a cabalidad.
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He ahí el quid del momento político que vive Veracruz: ganará la elección quien obtenga la mayor cantidad de votos el domingo dos de junio…
Sólo que en diciembre pasado no había dudas sobre la identidad del triunfador: sería Rocío Nahle García porque a ella se le otorgó la candidatura de la coalición Seguimos Haciendo Historia por orden de Andrés Manuel López Obrador y no obstante el triunfo interno de Manuel Huerta Ladrón de Guevara. Punto.
Cerrada dicha ecuación política Rocío Nahle García se confió, erróneamente subestimó a su rival… Asumió una actitud déspota para grupos de poder internos de MORENA -principalmente el encabezado por Cuitláhuac García Jiménez-; montó mítines y giras rodeada de vallas que la alejaron del contacto directo, cálido, estrictamente humano con totonacos, huastecos, popolucas, nahuas, mixes, otomíes, zoques, mestizos, obreros, amas de casa, campesinos, académicos, estudiantes, profesionales, deportistas, comerciantes, empresarios de todas las clases sociales, en un Veracruz cuya esencia cultural es el abrazo abierto, sin obstáculos; el saludo sin desconfianza; la casa y la comida compartidas con visitantes que, de entrada, son amigos por antonomasia…
Veracruz es un conglomerado pluricultural y multiétnico sumamente alegre, de lenguaje directo donde la palabra vale y pesa; puede ser caricia, pero también se convierte en pared inescrutable.
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Rocío Nahle ha desdeñado a empresas periodísticas locales, regionales, estatales y ha colocado entre ella y reporteros de a pie -que somos miles- a guaruras, ayudantes, equipo de logística diestro para alejar -a codazos de ser necesario- a quien ose intentar entrevistar a la candidata.
Anoche Rocío Nahle fue entrevistada por periodistas de Sin Embargo, un medio digital de la ciudad de México muy cercano al discurso del gobierno de la República.
Un diálogo como este con Álvaro Delgado y Alejandro Páez no ocurre con periodistas de Veracruz, donde el talento, la trayectoria, la capacidad y experiencia profesional abundan.
Hay un vínculo de confianza entre Rocío Nahle y gente de la ciudad de México con las que trabaja y puede trabajar, frente al contraste de rechazo y desconfianza para con gente de Veracruz con la que no ha trabajado y -al parecer- no puede trabajar; me refiero a todas las áreas, no sólo a la periodística.
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Ignoro si Nahle es consciente de esta coyuntura. Desconozco si su estilo proselitista y de ejercicio político nacen desde una idea propia o los aporta algún asesor empoderado.
Me queda claro, no obstante, que entre vallas, discurso repetido un día sí y otro también -basado en la imagen idolatrada de AMLO y los logros de su sexenio-, la fuerza opositora se fortalece.
El desdén de Nahle hacia todo y todos: alcaldes, diputados, líderes, caciques, intelectuales, académicos, figuras destacadas de pueblos y ciudades que sólo pueden sentarse al otro lado de los fierros, saludar a Rocío por unos segundos si les tocó en suerte estar a su paso rumbo al presídium o tenerla frente a sí por un instante justo antes de que eleve el vidrio de su puerta blindada; este conjunto de elementos característicos de la campaña morenista, alimentan las encuestas donde José Yunes Zorrilla casi empata, o la rebasa.
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En buena medida, además de sus propios logros, el candidato de Fuerza y Corazón por Veracruz se ha fortalecido por y desde los errores de Rocío Nahle.
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El exceso de confianza en la marca y su dueño; ese modelo de pre y de campaña; su estrategia mediática montada en boletines repetitivos y fríos, así como en “columnistas” aliados tan faltos de credibilidad como reñidos con el talento; el rechazo al diálogo con periodistas veracruzanos que lo son en toda la extensión de la palabra…
Todo ello marca el quid de una lucha que de una ventaja de cuatro cuerpos ha pasado a la batalla cabeza con cabeza.
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¿Y del otro lado?
¿Frente a sus logros, cuáles son las fallas en el equipo opositor?
CONTINUARÁ
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