Claroscuros.
Rocío Nahle García y José Yunes Zorrilla: honestidad y legitimidad política
Parte III
José Luis Ortega Vidal
(1)
La ética y la política se reflejan en la legitimidad del poder.
Tu discurso debe coincidir con tu acción, con tu ejercicio de Estado cuando el voto popular te ha entregado su destino.
En el fondo, de eso se trata el tema de la residencia de Rocío Nahle en el fraccionamiento El dorado, en Alvarado, Veracruz.
También, de eso se trata el asunto de José Samuel Sánchez Reyes, actual director general de Normatividad en Hidrocarburos en la Secretaría de Energía (SENER) a la cual Rocío Nahle renunció en octubre del 2023.
Otro caso es el de Leonardo Cornejo Serrano, ingeniero responsable de la construcción de la refinería Olmeca, en Dos Bocas.
En su calidad de secretaria de Energía, Rocío Nahle fue asignada por el presidente Andrés Manuel López Obrador como responsable del proyecto de Dos Bocas, una de las cuatro megaobras del sexenio.
El accionar de Sánchez Reyes y Cornejo Serrano, por tanto, la liga a ellos.
(2)
Sobre José Samuel Sánchez Reyes pesan señalamientos de su presunto involucramiento en actos de corrupción en PEMEX, cuando lo encabezó Emilio Lozoya Austin y la firma brasileña Odebrecht entregó cinco millones de dólares para obtener un contrato multimillonario más en la refinería de Tula, Hidalgo.
La corrupción en PEMEX llevó a Emilio Lozoya a la cárcel, de dónde salió el pasado veinte de febrero.
No actuó solo, se afirma, y José Samuel Sánchez Reyes aparece en una lista de sus operadores.
El columnista de El Universal, Mario Maldonado, publicó este martes:
“El 5 de diciembre, un reportero cuestionó al presidente Andrés Manuel López Obrador sobre las denuncias por corrupción y nepotismo de Sánchez Reyes, a lo que el mandatario respondió: `No conozco del caso, pero se va a investigar y luego informaremos”.
Añade:
“La novedad del caso es que hay una carpeta de investigación (FED/FEMCC/FEMMC-CDMX/295/2023) en la Fiscalía General de la República en contra de Samuel Sánchez Reyes, específicamente en la Fiscalía Especializada en materia de Combate a la Corrupción, que encabeza María de la Luz Mijangos, por presunto enriquecimiento ilícito, al parecer relacionado con 21 propiedades y por lo menos 12.3 millones de pesos de patrimonio injustificado”.
Con respecto a Leonardo Cornejo Serrano, cuya firma aparece en la mayoría de contratos de proveedores de Dos Bocas, su nombre también aparece en la adjudicación de contratos -plagados de corrupción- a la brasileña Odebrecht, durante la dirección de PEMEX en manos de Emilio Lozoya Austin.
(3)
Si Rocío Nahle sólo renta la casa de El dorado, basta con exhibir los documentos que lo demuestren.
El contrato de renta, los pagos al SAT, la explicación sobre el origen del dinero familiar para cubrir ese arrendamiento, bastarán para evitar la pérdida de legitimidad.
Si la denuncia ante la FGR contra José Samuel Sánchez Reyes y la historia que el funcionario de la SENER comparte con Leonardo Cornejo Serrano, en el caso Odebrecht-Emilio Lozoya, le son totalmente ajenos, Rocío Nahle debe demostrarlo y punto.
(4)
No hablo del resultado de la elección del 2 de junio.
Si gana Rocío Nahle o gana José Yunes, ello será producto de una suma de votos, así como del marco jurídico puesto en manos del OPLE y los tribunales electorales, responsables de avalar el resultado.
(5)
Las campañas, a su vez, son asuntos de las alianzas entre partidos políticos, de sus respectivas tareas proselitistas; de los votantes, de la ley y de la democracia…
(6)
Pero no, aquí no escribo sobre esos aspectos.
(7)
Aquí remito a una parte de la dermis social cuya afectación provoca daños más profundos: la legitimidad.
La legitimidad nos remite al andamiaje jurídico: ser inocente de toda violación a la ley.
La legitimidad nos coloca frente a la coherencia: si tu discurso determina no mentir, no robar, no engañar al pueblo, debes demostrar la coherencia de tus actos a tu paso por el servicio público.
En el caso de los políticos, la legitimidad parte de su voz, atraviesa sus acciones, se viste con su imagen pública y privada y fortalece, en consecuencia, el ejercicio del poder.
La ausencia de legitimidad, por definición, proviene de la corrupción.
(8)
La responsabilidad política de Rocío Nahle García es triple: debe ganar la elección; debe nutrir su legitimidad y debe imponerse, como mujer, en un universo que durante siglos ha sido dominado por varones; la inmensa mayoría de los cuales han sido una bola de rateros.
(9)
Los señalamientos de Arturo Castagné Couturier; la denuncia anunciada por su José Yunes Zorrilla; las múltiples versiones periodísticas sobre el caso de José Samuel Sánchez Reyes y Leonardo Cornejo Serrano…
Esta lista que tiende a crecer, es finalmente una lista, sólo eso…hasta hoy.
Llegado el momento -y uno de ellos ya llegó con el tema del fraccionamiento El dorado- Rocío Nahle debe responder más allá del escenario mediático.
(10)
Del lado de José Yunes Zorrilla existe el mismo compromiso.
Esperamos los señalamientos y las denuncias en su contra, de existir los elementos.
(11)
Porque en Veracruz, este dos de junio la lucha por el poder suma a tres candidatos, pero nomás a dos rivales.
Dos candidatos, dos visiones de Estado, dos modelos económicos a ejercerse, pero sobre todo dos rostros frente al espejo y frente a sus votantes.
Y ambos están obligados a demostrarnos su honradez, andamiaje esencial de la legitimidad política.
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