Claroscuros.
“Hágase la voluntad de Dios, pero en los bueyes de mi compadre”: el caso Manuel Huerta Ladrón de Guevara…

José Luis Ortega Vidal

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“Hágase la voluntad de Dios, pero en los bueyes de mi compadre”.

Este dicho popular aplica para el cambio en las fórmulas al Senado de la República, de MORENA en Veracruz.

Se trata de una analogía muy simple: si MORENA pierde la elección de senadores el próximo dos de junio, Claudia Tello será senadora como primera minoría y Manuel Huerta podría ser enviado como subdelegado municipal de Bienestar a la sierra de Huayacocotla, a la de Santa Martha, o la de Papantla…

Para Rocío Nahle da lo mismo: mientras más lejos, mejor.

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Huerta Ladrón de Guevara indagará en el INE y en su partido, el guinda, si el envío a la segunda fórmula fue motivado por ajuste de género o por chanchullo.

Como ciudadano, le ahorro a Manuel la decepción: te batearon, Manuel, te han sacado de la jugada. Punto.

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¿Todo está perdido para Huerta?

No.

MORENA puede ganar la elección al Senado y en ese caso Claudia Tello y Manuel Huerta serán senadores, porque el partido o la alianza con más votos -así sea por un sufragio de diferencia- coloca a las fórmulas uno y dos en la Cámara Alta.

Y en ese caso, los Migueles -padre e hijo- quedarían dentro del Senado al integrar la fórmula uno del PAN/PRI/PRD.

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Ahora bien, en un escenario de triunfo de la alianza PAN/PRI/PRD, la doctora Sara Ladrón de Guevara se convertiría en senadora, al ir como segunda fórmula.

Eso sí, de perder los candidatos opositores, la ex rectora de la Universidad Veracruzana quedaría fuera, al estar colocada en el orden donde ahora enviaron a Huerta Ladrón de Guevara.

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Todos los contendientes tienen derecho y posibilidades de acceder al Senado, pero Manuel Huerta tiene el mérito de haber cedido su lugar en la candidatura al gobierno estatal, a Rocío Nahle García.

Lo hizo por equidad de género, pero sobre todo porque así se lo ordenó su amigo y jefe Andrés Manuel López Obrador.

Al ex delegado estatal de Bienestar le dieron el consuelo de la senaduría segura, esa en la que ganando ganas y perdiendo llegas: la de primera fórmula, hoy en manos de Claudia Tello, cuyo único mérito es ser amiga muy cercana, y de toda la confianza, de Rocío Nahle.

Manuel Huerta fue desplazado en forma repentina el mismo día de su visita a los brujos de Catemaco -primer viernes de marzo-.

Su envío a la fórmula dos podría engrosar su currículum, en la sección de “lo que pudo hacer sido y no fue…”

Porque, a como están las cosas, MORENA puede perder la elección al Senado…

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Hay muchas lecturas sobre el caso Huerta Ladrón de Guevara.

Una de ellas es la relativa a la justicia.

Obviamente es injusto haberlo quitado de la fórmula uno, pero en política la moral es un árbol que da moras y la justicia es la voluntad de Dios aplicada a los bueyes de mi compadre…

Otra versión es que lo mandaron a trabajar la campaña como negro para obtener un lugar entre los blancos de un Senado donde se trabaja seis años, se gana una millonada y se hace política muy cerca de la Presidencia…

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¿Rocío confía o Rocío duda?

He aquí otra perspectiva del caso de los bueyes del compadre y Manuel.

Si la ingeniera está segura de ganar la elección y también la de senadores, simplemente ha dado un fuerte golpe a Huerta para que piense mucho antes de meterse con ella en luchas por el poder…

Caso contrario: si Nahle duda sobre el triunfo de su alianza en Veracruz, acomodó a su amiga Claudia Tello en posición segura y ha enviado a Ladrón de Guevara a operar electoralmente para evitar la derrota mutua…

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Una lectura más nos remite a los manotazos en la mesa que da Rocío Nahle García respecto al acomodo de liderazgos, figuras, grupos de poder, y candidaturas de MORENA en un proceso electoral donde -ese es el mensaje para todos, todas y todes- nomás manda ella y si se equivoca vuelve a mandar…