Por José Luis Enríquez Ambell
El estilo único de informar y comunicar más allá del acceso a la información de orden público – a veces privado – y algunas ocasiones a la defensiva, con bromas y risas, no precisamente rindiendo cuentas, pero también con verdades del Presidente López Obrador, están por expirar.
Quizá no habrán sido con una metodología de política pública desde el gobierno de don Andrés Manuel, pues muchas veces se aportaron datos poco verificables, pero no hay duda que le resultó una plataforma y escenario de gran visión política, las ya famosas e históricas mañaneras.
La estrategia “MAÑANERA” le brindó los mejores resultados al Presidente, y desde una aparente conferencia de él, pasó a una conferencia de su gobierno, pues desde el salón habilitado durante casi seis años dio a diario – y desde otros puntos por giras de trabajo – temas, asuntos y hasta a actores en la coyuntura de interés a la población, lo que resultó por momentos atractivo hasta para el morbo social.
En diversos momentos el Presidente se puso a la defensiva, y supo eludir el picheo de rectas y curvas, a través de la confusión, como buen conocedor del béisbol.
Tengo la impresión que el Presidente López Obrador, es quizá el primer jefe del Poder Ejecutivo en la historia de México que nos mostró la forma de plantarse a conversar y ofrecer información a la comunidad de los periodistas que le han cubierto.
En 1999 colaborando para don Miguel Alemán Velasco,-Gobernador de Veracruz,- y quien me distinguió a través de Alejandro Montano Guzmán para atender a Don Luis Echeverría Álvarez, y quien con su familia estuvo unos días de descanso por el estado y en particular en Tlacotalpan, el Presidente ya no en funciones – entre otras lecciones con sus charlas – me dijo: “un Mandatario debe saber valerse de todos los instrumentos a su alcance para así comunicar e informar desde que conversa, y no sólo esperar hacerlo frente a medios de información o periodistas”.
Este tipo de conferencias “Mañaneras” resultaron una especie de nuevo ejercicio con información política y muy fuera de lo común o conocido.
Los comunicadores y expertos en materia de información habrán de coincidir que no se había visto este modelo en México, y quizá ni en el mundo de los jefes de estado.
Los noticieros matutinos de la televisión, radio y en otras plataformas, tuvieron que aprender a iniciar en sus segmentos sin dejar de monitorear lo que casi de manera simultánea estaba diciendo el Presidente, pues hubo ocasiones que los dichos se convirtieron en tendencia y quizá les pudo haber cambiado el guión diseñado horas antes para sus noticieros.
Las mañaneras de AMLO – dicho con mi más amplio respeto a la figura presidencial e institucional – habrán de quedar en la memoria e historia de la cultura política en México.
Y creo fue la larga búsqueda del Presidente Andrés Manuel López Obrador, en todos sus intentos por llegar a la Presidencia de la República en un ambiente proveniente de la época hegemónica uni partidista, que lo llevó a buscar y encontrar alternativas de comunicación directas no censurables que fueran una opción viable ante el monopolio de algunos medios de la comunicación escrita y electrónica, que formaron parte de la vida político – electoral en México.
DE SOBREMESA
Ya veremos qué uso dará Doña Claudia Sheinbaum, Presidenta Electa de México, a ese que es el salón más grande y dicen que el mejor iluminado de Palacio Nacional, sede hasta ahora de las “mañaneras”, y quizá hasta el próximo lunes 30.
Ese recinto, es uno de los espacios más elegantes, no por su amplitud ni por el suntuoso piso de mosaico, sino por la sobriedad dorada de sus bronces, la proporcionada repetición de sus elementos constructivos y decorativos, y la luz natural que se filtra a través del block de vidrio.
! ES CUANTO !
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